martes, 8 de julio de 2014

Éxtasis

s. m.Estado de plenitud, iluminación o claridad espiritual, de índole física, filosófica o espiritual


Con mucha calle en los zapatos, y sin frotar en la alfombra, llegaba a casa de mi tía Natividad, en donde la puerta siempre estaba abierta, para recibir con gusto a propios y ajenos:

- ¡Eu! ¿Cómo estamos por acá?

Sin percatarme del día y la hora, mi comentario interrumpió un rito que exigía silencio. Sentada descalza sobre sus piernas cruzadas, contemplaba desde su silla a su casa reflejada en el piso, refresco en mano. Sólo levantó la mano hacia mí sin voltear, como la cortesía que pedía silencio. Supe inmediatamente que debía cerrar la puerta y volver luego, cuando el éxtasis se hubiera esfumado.

Los sábados, mi tío y los primos tenían que prepararse el desayuno, porque mi tía iniciaba su trabajo en el piso. Levantando sillas, columnas de cerámica y alfombras, el piso de granito blanco se preparaba para recibir detergentes, esponjas, coletos, cera y pulidora. Era un trabajo de horas, que podía terminar muy tarde, sólo interrumpido por hacer almuerzo y hablar por teléfono con mi madre y sus cuñadas.

Al terminar, se sentaba a contemplar el resultado de su esfuerzo. Ese momento de descanso mezclado con satisfacción, exigía respeto. La imagen de los muebles reflejados en el piso que parecía un espejo, ignoraba el cansancio del cuerpo y los asuntos cotidianos. Se trasladaba a un espacio de disfrute y paz, producto del cansancio y la satisfacción del trabajo duro. Imagino que lo compartía con los indios bolivianos de los altiplanos, que usaban las hojas de coca, regalo de Kjana-Chuyma [1], para llegar allí. Mi tía, más moderna, se servía de la coca-cola del imperio, en donde los nativos americanos le abrían el camino a Lemuria [2].

El camino a nuestro espacio de tranquilidad, a nuestra Lemuria, lo puede promover el yoga, la meditación o el deporte intenso. Yo lo he encontrado nadando, mientras veo pasar los azulejos en el fondo de la piscina, en los días de 14 horas, o en el último tramo de las carreras de 10K, cuando las piernas ya no quieren dar más. Mientras más arduos son los días, más prolongado el descanso, más satisfactoria la recompensa.

Cuanto más se lucha por lo que se quiere, y mientras más difícil sea, más valor tendrá la recompensa. Para los que luchan por el país, agradezcan las dificultades, la tozudez de los dictadores, los golpes, el camino y el aprendizaje. Sólo se está mejorando la meta. En lugar de acabar con nuestro aliento, como a los indígenas nos llegará fuerza y nueva energía, para entender el valor de la tierra que nos parió, y por la que no es justo pasar sin dejar huella.

La lata de Garbanzos : éxtasis
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[1] Hijos míos, voy a morir, pero antes quiero anunciarles lo que el Sol, nuestro dios, ha querido en su bondad concederles por intermedio mío: Encontrarán unas plantas de hojas ovaladas. Cuídenlas con esmero. Con ellas tendrán alimento y consuelo. En las duras fatigas que impone el despotismo de los blancos, masquen esas hojas y tendrán nuevas fuerzas para el trabajo. En los desamparados e interminables viajes el camino les será breve y pasajero. En el fondo de las minas donde los entierre la inhumana ambición de los que roban el tesoro de nuestras montañas, bajo la amenaza de rocas prontas a desplomarse, les ayudará a soportar la oscuridad y el terror. Cuando su espíritu melancólico quiera fingir a un poco de alegría, las hojas adormecerán la pena y les darán la ilusión de ser felices. Cuando quieran escudriñar su destino, un puñado de hojas lanzado al viento les dirá el secreto que anhelen conocer. Y cuando el blanco quiera hacer lo mismo, le sucederá lo contrario. Su jugo será un vicio repugnante y degenerador, que les causará idiotez y locura.
[2] Leyenda. Civilización antigua, que existió antes y durante la Atlántida, se ubicaba entre América y Asia-Australia. Al hundirse en el mar, algunos piensan que los directos descendientes de los lemures son los nativos americanos. Otros, que son los Aramu, que vivían entre Perú y Bolivia en el lago Titicaca, originando el imperio Inca luego del desastre continental.

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